Esa música escondida
Que solo unos cuantos
Conocen por perdida.
Quiero vagar en la noche
Por los lugares reservados
A bohemios y depravados;
donde la moral es rancia
Y la esperanza se escancia.
Fundirme con la noche
Caminando, sin norte.
Difuminarme, en humo
De cigarros baratos
En desvariados pasos.
Mezclarme con vagos
Farsantes, sibaritas
Prostitutas, artistas
Modelos y proxenetas,
Con puñales o pistolas
Sin bragas y con estolas.
Que bramen a solas
Por celos o vendettas.
Quiero dejar de saber
Deseo dejar de pensar
Sin conjeturas, sin mas
Arrítmicamente rodar,
En solitarias callejuelas
Como piedra en el mar
Ser anónimo, anodino
Errático, y un perdido
Sin pizca de vergüenza,
Quiero mear, orinar
En una obscura esquina
Sin ver, ni voltear atrás.
Escuchar a la depresión
Su ritmo, su hedor
A través de una canción.
Quiero ver la alegría
Que el sexo y exceso
Producen con agonía
EL CAPITÁN
Una idealización propia de un poeta: cruzar la línea roja y pasarte al otro lado. Si sigues al conejo blanco, puede que no tengas tanta suerte como Alicia y jamás encuentres el camino de vuelta. Desconectar es un difícil reto. Gracias por el poema. Desconecté durante unos segundos...
ResponderEliminar