Su deseo no era mas que el de agradar. Aunque ese día ya no pudo más y reventó. Agarró la cadena y tiró con fuerza...
Las flores se secaron. Los árboles y los frutos marchitaron. Los pájaros perecieron, y el cielo se murió de pena. Las nubes lloraron ante tanto despropósito. Se oyeron lamentos y llantos.
Sacó un arma de su cajón, llenó la bañera, y tiró del tapón... aquel día reventó...
`Jesús`
Así son las flores, como explosiones, en su inicio y en su final. Me gustó el relato.
ResponderEliminarGracias Jesús. Un abrazo
"La luz que brilla con el doble de intensidad, dura la mitad de tiempo"
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