1980-2010
CAPITULO II
(Quinta entrega)
La relación con mi jefe fue tensa
desde el principio, constantemente teníamos enfrentamientos pues buscaba el mas
pequeño error, para dejar claro que era deficiente en mi trabajo. Lo cual, no
era cierto. Pero qué mas podía hacer que sobrellevarlo. En este aspecto Luz
Elena, con su energía, simpatía y bromas era un bálsamo. Pero, el principal
aliciente era Angélica.
Mis continuas visitas a personal,
dieron su fruto la segunda semana de mi entrada a la empresa. Precisamente, un
viernes, que iba de salida, pase a personal, salude a todos en forma general y
cuando me dirigía con Angélica, Andrea me llamó a su privado.
-Dime
Andreita. –Así la llamé cariñosamente-
-El
próximo sábado, vamos a festejar a Mario su cumpleaños, en casa de Enriqueta,
si gustas estas invitado.
Antes de que pudiera preguntar
quienes iban a asistir, pensando en Angélica, agregó:
-Vamos
a ir todos los de la gerencia.
Ocultando mi alegría respondí.
-Si,
claro que voy. Solo dame la dirección y la hora en que hay que llegar.
-Va
a ser una comida a las tres de la tarde y es en el norte de la ciudad.
La siguiente semana tuve que salir a
Durango a ver el estado de dos terrenos de la empresa, por lo que estuve fuera
el miércoles y jueves, pero el viernes por la tarde estaba de regreso. Al día
siguiente, me arregle lo mejor posible para causar la mejor impresión y me fui
a la fiesta. Llegue puntual y me encontré con todos los de personal, en
especial con Angélica, que iba enfundada en un minúsculo y entallado vestido
verde botella, que resaltaba su espectacular cuerpo. De cabello corto, grandes
ojos y carnosos labios, atrajo de inmediato mi atención. Guardando la
compostura y frenando mi deseo, salude a todos e inclusive me quede unos minutos
platicando con Andrea. Justo cuando pensaba retirarme, se integro Angélica y
comenzamos a platicar los tres. Al poco tiempo, nos apartamos ella y yo para
continuar nuestra conversación. En realidad, no comentamos nada trascendente.
Aunque me di cuenta de que era un poco tímida, lo cual contrastaba con su forma
de vestir y arreglarse. Durante todo el tiempo que estuvimos ahí, nuestra
platica fluyo ligeramente. En ella me entere que la había llevado Andrea y al
saber esto, le propuse:
-¿Si
quieres yo te llevo de regreso a tu casa?
Lo
cual acepto y al cabo de un par de horas nos retiramos. Camino a su casa, me
vino la idea de invitarla al departamento de mi primo, del cual tenia llaves y
de vez en cuando me “lo prestaba”. Desde luego, que no le dije abiertamente a
donde íbamos, simplemente.
-Todavía
es temprano. ¿Si quieres podemos ir a otro lugar a platicar?
Con una dulce sonrisa, me respondió:
-Si.
Claro.
Sin más, me dirigí al piso de mi
primo. Estacione el coche cerca del edificio, le abrí la puerta del auto y de
la manera mas natural, la conduje hasta el inmueble. Entramos al departamento y
nos sentamos en el mismo sofá a escasos centímetros el uno del otro.
-¿Estas
bien? –le pregunté-
-Si
muy bien.
-Y
cuéntame cuanto tiempo llevas en la empresa.
Mientras ella me contestaba, acerque
mi mano a su cabeza y comencé a rozarle su cabello.
-No
tengo mucho tiempo. Voy a cumplir dos años.
Comencé a rozar su cuello con mis dedos.
-¿Y
te sientes a gusto?
Ahora, con el dorso de mi mano, le
acaricie su mejilla. Su respiración pareció perder un poco el ritmo.
-¿Qué
haces?
-Acariciar
una belleza. ¿No puedo?
En el instante que iba a responder,
acerque mis labios a su cuello y comencé a besarlo sutilmente. Eran
aproximadamente las cinco horas de una cálida tarde, el departamento, aislado
del ruido de la calle, nos daba un espacio-tiempo, de quietud y cadencia.
Continuará………
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