Desnudos de etiquetas, se bebieron el uno al otro. Saborearon hasta la última gota para descubrirse mezclando paladares, y se declararon amantes de cuerpo y casi sin alma. El alba les sorprendió borrachos de besos, de caricias embriagados, de sexo ebrios.
Cuando se despidieron, ninguno de los dos acertó con la añada.
Guerrero
Cuando se tiene una edad se piensa que el sexo tiene caducidad. Pasan los años y compruebas que la imagen de tus padres haciendo el amor ya no resulta tan extraña. Aunque no me aventuro a decir que entre personas de diferentes edades, y si es mucha, se llegue a buen puerto, sí creo que en tu ''cata ciega'' hay más de fantasía, sexual claro, que de realidad. Para confirmarlo tendrán que pasar, en mi caso, los años. En ese caso, acudiré aquí para dar cumplida cuenta sabiendo que puedo encontrarte los ''domingos noches''. Gracias por la entrada Arte Pun.
ResponderEliminarHola Jesús. Gracias por tu lectura.
ResponderEliminarLa verdad es que nunca se me ha ocurrido pensar el que el sexo tenga caducidad, al menos no más que la propia.
Cuando he llegado de la playa, me he acordado de que debía una entrada, menos mal que casi la tenía, pero de ahí la noche.
Abrazos