...¿Amèlie?
Sí, era la casa perfecta. Esa que había estado buscando desde
hacía tanto tiempo. El ruido del mar, asomado a todos sus huecos, la luz, que
al atardecer baña sus maderas viejas de colores nuevos, el viento, ese al que
no te acostumbras y te azota en los silencios. Y el crujir. Ese crujir pausado que
atraviesa mis recuerdos.
Dicen que nunca nadie la habitó. En cambio, yo, hoy
siento que vuelvo.
Guerrero
** Microrrelato a propuesta de Fernando el del Bic, versión de este otro
** Ilustración de Rebecca Mock
Como de costumbre, con pocas palabras sorprendes deliciosamente.
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