1980-2010
CAPITULO I
(Segunda entrega)
-Como
debe de saber, a partir de hoy me hago cargo del área de inmuebles. Me gustaría
saber que pendientes hay. Ah. Por cierto ¿usted es mi secretaria?
-Aquí
no hay secretarias asignadas. Solo el director tiene dos secretarias. Para
todos lo demás estamos cuatro secretarias, yo, las dos Carmelitas y Esperanza.
-¿Y
entonces como hago para los documentos que tenga que dictar y se deban
mecanografiar?
-Pregunta
quien esta libre o bien, espera a que alguna de nosotras termine lo que esta
haciendo y de inmediato va con usted.
Pasamos a ver la lista de pendientes.
Mientras hacíamos esto, percibí la sangre ligera con que contaba Lupita, en
todo momento, su ayuda la enmarcaba en una sonrisa, que le hacia relucir sus
veintitrés años. Durante la mañana y tarde de mi primer día, me di a la labor,
de ordenar los asuntos, que asumí deberían de tener prioridad.
En mi segundo día de trabajo, llegue
unos quince minutos adelantado a la hora de entrada, con la doble intención de
dejar constancia de mi puntualidad y de pasar a saludar a las chavas de
personal, en espacial a Angélica. Así lo hice, pero para mi decepción, a la
hora que pasé, ella aun no había llegado. Solo estaba otra chica y Andrea. Así
que les di los buenos días y me fui a mi privado. Aun no llegaba nadie, cuando
comencé a acomodar las cosas en mi escritorio. Poco a poco el piso se fue
llenando de gente, hasta que todos los empleados estaban en sus puestos. En
cuanto llegó Lupita, la llamé para preparar mi entrevista con Paolo. Mientras
trabajábamos, le pregunté:
-¿Aquí
no presentan a los nuevos?
Un poco apenada, me respondió.
-Si.
En el primer día. No se porque el Ingeniero, no lo ha hecho. A lo mejor, por
todo el trabajo que tiene, se le ha pasado. Pero, de seguro que hoy lo hace.
–estas últimas palabras, las pronuncio con una juvenil sonrisa-
A las once en punto, me plante,
frente a la puerta del privado de mi jefe y toque la puerta, con los nudillos.
-Adelante.
-Buenos
días. Cómo estas. –Dije con una sonrisa-
-Bien
y tu.
-Pues
aquí. Como me dijiste
-No
te voy a poder atender en este momento. Estoy muy ocupado. Nos vemos en la
tarde.
-¿A
que hora?
-Yo
te aviso.
Estaba a punto de decirle si me
presentaba con mis compañeros de trabajo. Pero, en cuanto termino la frase,
dirigió la vista a unos documentos que tenia en su escritorio. Suavemente me
despedí:
-De
acuerdo. Tu me avisas. –Sin obtener respuesta, me salí del privado.
Continuará………..
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