Páginas

Translate

viernes, 16 de marzo de 2012

De cómo me encontré a Ibáñez en la manifestación contra el desempleo

Ruipérez, el plegador, quiere hablar conmigo. Me cuenta, me dice, que Naranjo no le mira bien, que esta misma mañana, al llegar al trabajo, no le dio ni los buenos días. Le digo que acepto, que sí, que lo comprendo, y le doy yo los buenos días y las buenas tardes ya de corrido. Se va cabizbajo pero se va. Al rato es Naranjo quien quiere hablarme. Que pase, está usted en su casa, pero por favor. Me comenta, me insinúa, que Alonso no ha venido hoy al trabajo pero que no está malo, que está pintando el piso de su suegra. Le digo que bien visto, le pregunto por quién está en su puesto en ese momento. Se encoge, y se va por donde ha venido. Llama Ibáñez, el director del banco, me saluda muy cariñoso, me pregunta por qué hay de lo suyo, porque él no quiere pasarlo "al regional", pero que recuerde que el taller está puesto de garantía. Le doy el número de teléfono de Alonso, el de Naranjo y el de Ruipérez. Me pregunta que para qué. Me despido con un "todo tuyo".






Guerrero

1 comentario:

  1. Creo que eres demasiado benevolente con Ibáñez. No estamos preparados para actuar en el instante, pero si para protestar a toro pasado. Esto no cambiará nunca mientras lo que prime sea nuestro interés personal. Un abrazo muy fuerte para Filemón. El otro día también estaba en la manifestación contra el desempleo.

    ResponderEliminar