Páginas

Translate

domingo, 29 de diciembre de 2013

1980-2010 SÉPTIMA ENTREGA

1980-2010

CAPITULO II
(Séptima entrega)



-Antes de que entraras, se presentaron dos candidatos mas. Según se, uno de ellos, le pareció que era el indicado para el puesto. Al igual que tu era soltero.
-Mmmmmm
-Paolo propuso a su candidato y estuvo a punto de contratarlo, pero el Director, se decidió por ti.
-Ya caigo.
            Pocos días después, platicando con Salvador le comenté lo raro que era el celibato de Paolo.
-Que extraño que Paolo, este soltero, con el sueldo que tiene, no tendría problema para sostener un hogar.
-Vive con su mamá.
-¿Con su mamá? Pero ya esta muy grande.
-Pues si. Se dice que es homosexual, pues ya pasa de los cuarenta y no se ha casado. Es mas, no le hemos conocido a ninguna novia, en todos los años que lleva aquí.
            Con este comentario vino a mi memoria la imagen de mi jefe, de estatura regular, cuerpo tendiendo a delgado, tez blanca, cabello castaño claro, de facciones regulares, con un cierto aire a un gato. Con esa imagen, me costaba trabajo creer que fuera homosexual. En realidad, salvo el que fuera soltero a su edad, nada podía indicar que no fuera heterosexual. De todas formas, eso era lo que menos me importaba de Paolo.
            En la semana llamé por teléfono a Pancho para saludarlo y quedamos en vernos para platicar el siguiente viernes por la tarde, pues la noche la tenia reservada para Angélica. Nuestra relación iba viento en popa, todos los días me llamaba y me decía cosas muy dulces. Curiosamente Luz Elena, se portaba conmigo de una manera increíble. Tan así era que me dio la impresión de que le gustaba y quería “algo” conmigo. Aunque no era “mi tipo”, me agradaba la situación, por ello evite comentarle lo de Angélica.
            Por fin llegó el viernes y me encontré con Pancho, como excelente conversador y elocuente persona, comentamos de muchos temas y uno de ellos fue Salvador.
-Por cierto, estoy trabajando con Salvador Ortiz, dice que te conoce muy bien.
-Claro. El buen Salvador es un excelente amigo. Tiene años que lo conozco. Pero, hace tiempo que no lo veo.
-Pues está muy contento en la empresa. Creo que no tiene mucho de casado y es padre de dos niños pequeños. Me parece que el mayor tiene dos años y el segundo unos meses de nacido.
-Que gusto me da oír esas noticias, pues hace años sufrió una gran tragedia.
-¿Cuál?
-Su mamá y su hermana iban en el coche. La mamá lo manejaba, entonces sufrieron un accidente y murieron las dos.
-Que grueso.
-Fue un golpe muy fuerte para él. Por ello, me da gusto saber que esta bien. Salúdalo de mi parte.
-Claro que si.
            Como a las ocho nos despedimos con un fuerte abrazo y me fui a buscar a Angélica. Llegué a su casa, toque el timbre, me abrió la puerta y al verme, se me abalanzo, me abrazo entusiasmadamente y me beso intensamente.
-Amor que bueno que ya llegaste. Espérame tantito y en seguida nos vamos.
-Si, claro. No te preocupes, no tenemos prisa.
            Entramos a la casa, me senté en un sillón en la sala y aguarde. La idea era ir a una discoteca, bailar y después…….lo que viniera. No tardo mucho. Se presentó delante de mi con un entallado vestido, minifalda, que en su parte superior era rojo y en la inferior negro. Estaba deslumbrante. Nos fuimos a la discoteca y atrajo mas de una mirada masculina a su belleza. Lo cual, me hacia sentir orgulloso de tener a Angélica a mi lado. Para sorpresa mía, no solo era espectacular físicamente, sino también en lo referente al baile. Bailaba con una soltura y ritmo, que era difícil no voltear a verla y admirarla. Aun recuerdo lo sensual que era al bailar…..bueno…no solo al bailar. Al cabo de dos horas de baile, pedimos algo para cenar y aprovechamos la música tranquila para mover nuestros cuerpos a su compas. Era muy agradable sentirla pegada a mi. No soportamos mucho nuestro deseo, por ello, pague la cuenta y nos fuimos al departamento de mi primo, a quien, desde luego, le había avisado que pasaría ahí la noche.
            En mi trabajo vivía una situación ambivalente, por un lado era hostigado constantemente por Paolo, pero por otro lado mi trabajo me agradaba, pues me permitía viajar por el norte de la Republica Mexicana y mi relación con mis compañeros de trabajo era excelente. No se diga con Luz Elena y Angélica. Aunque con Carmelita De Alba, se estableció un hermoso vinculo. Por ello, al cumplir ocho meses en la empresa, me dio mucho gusto cuando me comentó:
-Ya me voy a jubilar.
-Que bueno.
-Si. Solo voy a venir este mes.
            Por las conversaciones que tuve con ella, sabia que tenia una hija y una nieta. Así que le dije:
-Ahora si Carmelita a gozar de la vida, a disfrutar de su hija y nieta.
-Ni te creas. –chasqueó los labios- Las cosas no son así.
-Como no. Va a tener tiempo para descansar, para visitar a su hija, para jugar con su nieta.
-Las cosas no son como tu las piensas.
            Hasta ese momento creía que jubilación era sinónimo de ausencia de problemas, de tranquilidad, de estabilidad, de felicidad. Sin embargo, su comentario me dio una nueva visión de lo que podría ser la jubilación. De todas formas, el mes se paso rápidamente y en su último día en la empresa pasó a despedirse.
-Bueno, pues ya me despido. Te deseo lo mejor de la vida.
-Muchas gracias. Lo mismo le deseo yo. –le dije con alegría- Si llega a necesitar algo, dígamelo con confianza.
            Se acerco a mi para darme un abrazo de despedida. Pude notar que sus ojos se estaban enrojeciendo. Me sentí apenado, pues para mi no era tan emotivo el momento, así que apresure el abrazo.
-Adiós Carmelita.
-Adiós muchacho-me dijo con una lagrima corriendo por su mejilla-
            A los pocos días de irse Carmelita, Lupita nos anuncio que se casaba y se iba de la empresa. A todos nos alegro su próximo enlace, aunque sabíamos que se iba una persona alegre y sencilla. Mi condición en la compañía no mejoraba en cuanto al trato de mi jefe. La situación cada día se tornaba mas difícil. Paolo buscaba cualquier pretexto para molestarme. Por mas que me esforzaba para llevar la fiesta en paz, no lo lograba. Por Luz Elena, me enteraba que no solo me hostigaba frontalmente, sino que aprovechaba cualquier oportunidad para ponerme en mal con el Director. Lo cual provocaba que cada vez que me cruzaba con este último, tratara de escudriñar cualquier gesto o actitud para saber como andaba mi situación. Y ello, no me agradaba en lo mas mínimo. Pues a pesar de que mi compañera, me decía que todo andaba bien, a veces notaba cierto malestar en el Director.


Continuará………..

jueves, 26 de diciembre de 2013

¡FELIZ NAVIDAD!


Desde aquí, Relato a Tres quiere felicitaros por estos días. Allá donde estéis. Tal y como sois. Un abrazo para tod@as, y nuestros mejores deseos para este año que empieza cargado de nuevos propósitos.


viernes, 20 de diciembre de 2013

1980-2010 SEXTA ENTREGA

1980-2010

CAPITULO II
(Sexta entrega)

            Sin escuchar protestas de su parte, seguí con mi labor en su cuello y mis brazos rodeando su espalda. Intuí que mis besos, estaban surtiendo sus efectos en el animo de Angélica, pues su respiración se volvió mas profunda. Las caricias se tornaron atrevidas y la respuesta fue una tacita aceptación. Tranquilamente me incorpore, la tome de la mano y con voz suave y anhelante, le pedí que me acompañara. Dócilmente me siguió hasta la recamara. De pie a lado de la cama, comencé a besarla con intensidad, con mis manos en su espalda la atraía hacia mi, tan fuerte como podía. Nuestras bocas se unieron y comenzaron una frenética batalla. Mientras esto sucedía, desabroche su vestido y le baje el cierre, lo que dejo al desnudo una hermosa y apetitosa espalda. Fui un poco torpe al tratar de desabrocharle el brasier, pero una vez que lo logre, fue una delicia recorrer su espalda. Comencé a descubrir su pecho, ella rápidamente, hizo lo propio, y la parte superior de su vestido quedo sujeto a su cintura, dando paso a unos frondosos y enormes pechos. No resistí el espectáculo, de inmediato me prendí a ellos, como famélico recién nacido. Con cierta facilidad, corrí el cierre de su diminuto vestido y este cayo al suelo. De inmediato, baje sus medias y bragas lo que dejo al descubierto su hermosa entrepierna, mientras nos besábamos frenéticamente, puse mi mano en su sexo y sentí como estaba húmedo. Sin dilación me quite la ropa y nos tumbamos sobre la cama. El escarceo duro unos minutos, para de inmediato comenzar a hacer el amor y lo hicimos hasta quedar exhaustos los dos.

CAPITULO III

            En el trabajo, la relación con Paolo continuo como en un principio. Su distancia, frialdad e indiferencia a mi labor, me desconcertaban. En cambio con los demás miembros de la dirección tenía muy buen trato. Como era el caso de Luz Elena, con quien día a día, tenia mas confianza. Por otra parte con Salvador, quien era un poco mayor que yo, comenzó una buena amistad, por cierto, resultó ser excelente amigo de Pancho, un compañero, en mi anterior trabajo. Curiosamente, con Carmelita De Alba, me entendí muy bien. Y digo curiosamente por su edad, ya que estaba a punto de jubilarse. De cabello casi cano, tez blanca y figura regordeta, no me tomaba muy en serio. No porque no hiciera lo que le pedía, sino porque lo hacia en su ritmo, sin preocuparse de la urgencia. Pero su desenfadado desempeño y dulce carácter me anulaban cualquier reacción negativa. Hoy al cabo del tiempo, me doy cuenta de que con estas tres personas y con Angélica, fue con quienes mas identificado estuve en el tiempo que duré en la empresa.
            Al cabo de dos meses, platicando con Luz, salió a colación mi relación con Paolo.
-No sé porqué Paolo, me trata de esa manera. No sé qué le hice.
-Tu no le hiciste nada.
-¿Y entonces porque es así?


Continuará…………

lunes, 9 de diciembre de 2013

1980-2010 CAPITULO II (Quinta entrega)

1980-2010

CAPITULO II
(Quinta entrega)

            La relación con mi jefe fue tensa desde el principio, constantemente teníamos enfrentamientos pues buscaba el mas pequeño error, para dejar claro que era deficiente en mi trabajo. Lo cual, no era cierto. Pero qué mas podía hacer que sobrellevarlo. En este aspecto Luz Elena, con su energía, simpatía y bromas era un bálsamo. Pero, el principal aliciente era Angélica.
            Mis continuas visitas a personal, dieron su fruto la segunda semana de mi entrada a la empresa. Precisamente, un viernes, que iba de salida, pase a personal, salude a todos en forma general y cuando me dirigía con Angélica, Andrea me llamó a su privado.
-Dime Andreita. –Así la llamé cariñosamente-
-El próximo sábado, vamos a festejar a Mario su cumpleaños, en casa de Enriqueta, si gustas estas invitado.
            Antes de que pudiera preguntar quienes iban a asistir, pensando en Angélica, agregó:
-Vamos a ir todos los de la gerencia.
            Ocultando mi alegría respondí.
-Si, claro que voy. Solo dame la dirección y la hora en que hay que llegar.
-Va a ser una comida a las tres de la tarde y es en el norte de la ciudad.
            La siguiente semana tuve que salir a Durango a ver el estado de dos terrenos de la empresa, por lo que estuve fuera el miércoles y jueves, pero el viernes por la tarde estaba de regreso. Al día siguiente, me arregle lo mejor posible para causar la mejor impresión y me fui a la fiesta. Llegue puntual y me encontré con todos los de personal, en especial con Angélica, que iba enfundada en un minúsculo y entallado vestido verde botella, que resaltaba su espectacular cuerpo. De cabello corto, grandes ojos y carnosos labios, atrajo de inmediato mi atención. Guardando la compostura y frenando mi deseo, salude a todos e inclusive me quede unos minutos platicando con Andrea. Justo cuando pensaba retirarme, se integro Angélica y comenzamos a platicar los tres. Al poco tiempo, nos apartamos ella y yo para continuar nuestra conversación. En realidad, no comentamos nada trascendente. Aunque me di cuenta de que era un poco tímida, lo cual contrastaba con su forma de vestir y arreglarse. Durante todo el tiempo que estuvimos ahí, nuestra platica fluyo ligeramente. En ella me entere que la había llevado Andrea y al saber esto, le propuse:
-¿Si quieres yo te llevo de regreso a tu casa?
            Lo cual acepto y al cabo de un par de horas nos retiramos. Camino a su casa, me vino la idea de invitarla al departamento de mi primo, del cual tenia llaves y de vez en cuando me “lo prestaba”. Desde luego, que no le dije abiertamente a donde íbamos, simplemente.
-Todavía es temprano. ¿Si quieres podemos ir a otro lugar a platicar?
            Con una dulce sonrisa, me respondió:
-Si. Claro.
            Sin más, me dirigí al piso de mi primo. Estacione el coche cerca del edificio, le abrí la puerta del auto y de la manera mas natural, la conduje hasta el inmueble. Entramos al departamento y nos sentamos en el mismo sofá a escasos centímetros el uno del otro.
-¿Estas bien? –le pregunté-
-Si muy bien.
-Y cuéntame cuanto tiempo llevas en la empresa.
            Mientras ella me contestaba, acerque mi mano a su cabeza y comencé a rozarle su cabello.
-No tengo mucho tiempo. Voy a cumplir dos años.
            Comencé a  rozar su cuello con mis dedos.
-¿Y te sientes a gusto?
            Ahora, con el dorso de mi mano, le acaricie su mejilla. Su respiración pareció perder un poco el ritmo.
-¿Qué haces?
-Acariciar una belleza. ¿No puedo?
            En el instante que iba a responder, acerque mis labios a su cuello y comencé a besarlo sutilmente. Eran aproximadamente las cinco horas de una cálida tarde, el departamento, aislado del ruido de la calle, nos daba un espacio-tiempo, de quietud y cadencia.


Continuará………

jueves, 5 de diciembre de 2013

1980-2010 CAPITULO I (Cuarta entrega)

1980-2010

CAPITULO I
(Cuarta entrega)

-A ella, a ti y los demás.
-Pues gracias por lo que a mi toca.
-Me tengo que ir, pues ya es casi la hora de entrada. Adiós.
-Adiós y vuelve cuando quieras. Aquí eres bien recibido. –esto lo dijo con una coqueta caída de ojos, que me motivo a regresar-
            Ese día las cosas no variaron mucho con Paolo. No me recibió, como tampoco lo hizo durante los siguientes días de la semana. Algo me decía, que no iba a durar mucho en esa empresa. Pero, mientras me pagaran mi sueldo, no tenia problema en continuar en mi trabajo. Por otra parte, estaba Angélica, esa escultural y guapa mujer, que al parecer, no le era indiferente. Esta era una verdadera motivación para continuar en el trabajo. Finalmente, mis compañeros eran amables y cordiales conmigo, principalmente Luz Elena. Precisamente, al cuarto día, cuando salía de su privado, llego el Director a pedirle un trabajo. Ella, le dijo:
-¿Ya conoce al nuevo miembro de la dirección?
-Aun no nos han presentado. No se que le pasa a Paolo. Pero. Bienvenido lo que necesites, no dudes en comentármelo.
            El Director , un hombre, de aproximadamente cuarenta años, de rechoncha figura, anteojos y cara angular, me tendió la mano amigablemente.
-Gracias. Muchas gracias. –No supe que mas decir-
            Dirigió su mirada a Luz y le pidió:
-Prepárame antes de la comida, el informe que te pedí.
-Así lo haré. –respondió-
            Fue hasta la siguiente semana cuando Paolo, me llamó por el teléfono y me pidió que fuera a su privado.


Continuará………..