Relato a tres, tan solo refleja con fidelidad el número de autores, tres en este caso. Este es un blog que transmitirá sus relatos, opiniones e inquietudes. Para lo cual harán uso de su libertad de expresión y de sus formas de entender la vida, vertiendo contenido de forma personal, a dúo o a tres.
jueves, 30 de enero de 2014
TRES AÑOS Y SIGUE LA MATA DANDO
Hace tres años, cuando comenzamos a reunirnos, la ilusión y el deseo de escribir nos unió en un triunvirato. La consigna era fácil: escribir, escribir y escribir. Al aire quedaba el dicho de: "si escribes un folio al día, en un año tendrás un libro de trescientas sesenta y cinco páginas". El decirlo y pensarlo resultó fácil. El llevarlo a cabo nos llevó por distintos derroteros. Y así escribiendo y escribiendo. Reunidos de vez en cuando en "La Carbonería" en Sevilla (a sugerencia de Jesús) comenzaron a salir los primeros experimentos literarios. No hubo una tónica, ni plan al respecto, simplemente escribíamos y escribíamos, por el placer de hacerlo. Como común denominador tuvimos y tenemos el aliento mutuo y la ayuda para mejorar lo que vamos haciendo. Con el tiempo surgió (Jesús nos dio la sorpresa) este blog y posteriormente el ingenioso y sublime blog de Guerrero, así como un libro inédito de el Capitán. Y parafraseando a Jesús creo que pasaremos el resto de nuestras vidas escribiendo.
Un fuerte abrazo a mis compis y mis felicitaciones por este tercer aniversario.
El Capitán.
Música Underground
Era una noche de invierno. Habían acudido a su habitual cita semanal con el taller de escritura creativa. Este, se desarrollaba en lo que ahora es una librería y antaño un popular teatro de la ciudad. Eran tres desconocidos. Ahora todo cobra valor en eso que se dice: "pasas toda la vida intentando escribir la historia de tu vida, para acabar descubriendo que llevas toda la vida escribiendo". Allí sentados en sus pupitres de tablilla, incómodos a rabiar, conocí al Capitán y a Guerrero. El segundo, aferrado a su fiel cuaderno de anillas. El primero, sonrojando con sus escenas de cama y alcoba, a una "profe" que presumía de liberal. Guerrero en su tan constructiva labor de "Pepito grillo". El Capitán, ojo avizor, parecía que hacía tiempo que observaba de reojo a los que allí acudían: un par de jubilados en busca de la recompensa de la vida en forma de éxito, un par de chicas unidas por el amor a lectura, un médico poeta, un poeta médico, otra padeciendo los estragos postraumáticos de lo que parecía un accidente de tráfico, uno, otro, de aquellos de pelo a lo rasta y zigzagueo al andar, un "alternativo"... aquello parecía la consulta de un psicólogo. No sé que fue de ellos. De esto hace ya más de tres años. Lo que si sé es lo que es de nosotros. Seguimos haciendo lo mismo: escribir. Un día como hoy de hace tres años, se levantó la chapa de este blog con su primera publicación: Música Underground...
¡Feliz Aniversario Relato a Tres!
¡Feliz Aniversario Relato a Tres!
Cuaderno de viaje: año cuarto
Cuando partieron la tarta de cumpleaños, un suave aroma a papel invadió sus teclados, se oscureció la pantalla de Skype y empezaron a pasar fundiéndose a negro todas las entradas que hasta la fecha habían publicado. Habían pasado ya tres años desde que abrieran su ventana a quien por allí se asomara, y descubrían que era vedad lo que cantaba el poeta, se hacía camino simplemente andando.
¡Feliz cumpleaños!
** Guerrero
martes, 28 de enero de 2014
1980-2010
1980-2010
CAPITULO
IV
2010
(Décima
entrega)
Camino al
restaurante, hablamos cosas intrascendentales. Ya en la mesa, mientras
cenábamos, me comentó, que continuaba en la empresa, que sus padres habían
muerto, pocos años atrás, con una diferencia de meses y su único hermano, tenía
poco de haber fallecido de cáncer. La tristeza se notaba en sus ojos que
comenzaron a nublársele. Traté de consolarla con unas palabras de aliento, que
recibió de buen agrado y continuamos nuestra platica. Me comentó que había
tenido algunas relaciones sentimentales a lo largo de los treinta años que
dejamos de vernos, pero que realmente ninguna había prosperado. Yo le comenté,
que hasta el momento no me había casado y que actualmente vivía con una chava,
con la que tenia muy buena relación, pero que no pensábamos en casarnos.
Recordamos cuando nos conocimos y los buenos momentos que pasamos. Le pregunte
por Andrea.
-Se caso con
el señor Peláez y esta muy bien.
-Pero si ella
estaba casada y el señor Peláez podía ser su abuelo.
- Pues si.
Pero, ella siempre busco su tranquilidad económica y la encontró con Peláez.
-Bueno. Cada
quien su vida.
-¿Y te
acuerdas de la licenciada Luz Elena?
-Si. Estuvo en
la empresa dos años más, después de que te fuiste y se salió. No supe a donde
se fue. El que tuvo un final horrible fue Paolo.
-¿Por qué?
- No se si
sabias que vivía con su mamá.
-Lo sabía.
-Pues al
parecer, aparte tenia un departamento de soltero.
Entonces no era tan gay, como
decían- pensé de inmediato-
-Un buen día,
no llegó a trabajar. Y eso no causo alarma. Sin embargo, después de tres días
que no se presentó, ni aviso, llamaron a su casa. Ahí contesto su mamá y
alarmada dijo que ella tampoco sabia nada de su hijo. Entonces lo comenzaron a
buscar y a los pocos días lo encontraron en su departamento muerto. Le habían
dado mas de treinta puñaladas. La empresa, inclusive hizo una pequeña investigación,
para comprobar que su muerte no tuviera ninguna relación con ella.
Mientras me comentaba esto, recordaba lo que alguna vez un abogado
me había dicho: El homicidio de un hombre, cometido a puñaladas, normalmente es
entre homosexuales, son muy pasionales.
Angélica, continuaba su relato.
-Al final de
cuentas, su muerte, nada tenia que ver con la empresa.
-Que tremendo.
-Fue una
sorpresa para todos.
-Si, me
imagino. Oye y Salvador. ¿Sigue en la empresa?
-Ay, ese pobre
de Salvador. No me lo vas a creer, pero me invito cantidad de veces a comer. Me
llamaba y me decía:
-Angélica la
invito a comer mañana en la Fogata. La espero a las dos y media de la tarde.
Yo le decía que si podía iba. Pero, nunca fui. Aunque como te
digo, eso no impedía que mes, mes y medio después, me volviera a invitar.
Aunque como te digo, al pobre no le fue muy bien.
-¿Por qué?
-Tomaba mucho.
Creo que todos los días llegaba “cuete” al trabajo. Una mañana, entro al
edificio, y en el estacionamiento de ejecutivos, en donde tenia un lugar, a
mitad del carril, se quedo dormido con el coche andando. El conserje se dio
cuenta y lo despertó. Pero imagínate a las ocho y media de la mañana venia
“bien” borracho. Entonces lo despidieron.
-¿Y que pasó?
-Según me
dijeron a los pocos meses murió.
-¿De qué?
–pregunte sorprendido-
-No lo supe
muy bien. Pero creo que fue de una congestión alcohólica.
Cuando Angélica, me contó lo de Paolo, sentí cierta pena por la
muerte que tuvo. Sin embargo, no me efecto emocionalmente. Empero, cuando me
platicó todo lo que le sucedió a Salvador y su final. Me sentí triste. Era un
amigo, al que estimaba y que su historia me conmovía. Pensé en su esposa y en
sus hijos. Todos, incluyendo a Salvador deben de haber vivido un calvario. Me
acorde del nombre de su primer hijo, Jordi. Fue la primera vez que escuche ese
nombre y se me quedo grabado. Pensé en Jordi y en su sufrimiento. Algo, dentro
de mi se rompió, cambie la ilusión por la realidad. Sin saberlo, pensaba que el
tiempo se detenía y las personas continuaban tal y como las recordaba. Y no era
cierto. El que no percibiera los cambios, que día a día sufría mi cuerpo y mi
vida, no significaba que ello no sucediera. Me sentí tan mortal, tan
vulnerable, como nunca me había sentido.
-Yujuuuu. –me
trajo a la realidad Angélica-
-Ah. Disculpa.
Que triste final.
En ese momento se acerco el mesero
para ofrecernos mas vino. Lo cual aceptamos y lo escanció en nuestras copas. La
cena estaba deliciosa, el plato que escogí fue un jugoso filete, acompañado de
una rica ensalada aderezada con miel y mostaza. Angélica, saboreaba una
arrachera a la parrilla, acompañada de papas a la francesa. Al retirarse el
mesero, continuamos nuestra charla.
-Por cierto.
¿Sabes quien me preguntaba por ti?
-No. ¿Quién?
-Carmelita.
-¿Carmelita?.
¿Cuál Carmelita?
Trate de recordar a alguna jovencita, pero nada llegaba a mi
mente.
-Carmelita De
Alba. La secretaria de ustedes, que se jubilo.
-Aaaah.
Carmelita. Claro que me acuerdo de ella. Se jubilo y creo que se fue a vivir
con su hija y su nieta.
-Si, ella me
preguntaba por ti cada vez que iba a la empresa. Siempre me decía:
-¿Cómo esta el
muchacho?.
-Yo le
contestaba que no sabía de ti. Y en seguida me pedía:
-Si lo ves,
salúdamelo.
-Y como está.
–pregunté, esperando me dijera: ya esta muy viejita y vive con su hija-
-Supiste que
hace unos años apareció “la mata viejitas”, que se dedicaba a matar ancianas
que vivían solas.
-Si, creo que
era una enfermera y luchadora, que las mataba para robarlas.
-Pues
Carmelita fue una de ellas.
Los recuerdos se agolparon en mi
corazón y galopo por todo mi ser un profundo sentimiento de tristeza, de vacío
e impotencia. No recuerdo nada mas de esa platica, sólo que al despedirme de
Angélica, veía que su cara, de piel delicada otrora, reflejaba el paso de los
años y tal vez de las penas. Era ella, treinta años después.
jueves, 16 de enero de 2014
1980-2010
1980-2010
CAPITULO IV
2010
(Novena entrega)
-Hola, ¿cómo has estado?
-Bien
¿y tú?
-Bien
también.
-Hace
tiempo que no nos veíamos.
-Hace
algunos años. ¿Qué has hecho?
-Me
fui a vivir a Culiacán.
-¿Y
qué andas haciendo por acá?
-Vine
a ver unos asuntos.
-Pues
que agradable coincidencia encontrarnos aquí.
-Si
mi querido Pancho, me da mucho gusto volver a verte.
-Por
cierto, ¿sabes a quien me encontré recientemente?
-No.
¿A quién?
-A
tu novia Angélica.
-¿Cuál
Angélica?
-¿Esa
chava que estaba buenísima?
-¿Cuál?
-Una
que trabajaba contigo. O trabajaba en la empresa que estabas, allá por los ochenta.
Muy guapa, muy buena.
-Aaaaaaah.
Angélica. Si ya sé quien es. ¿Y como está?
-Sigue
muy guapa y muy buena.
-¿Por
cierto, de Salvador sabes algo?
-No,
nada. Si acaso, hace algunos años, supe que tenía problemas con su esposa. Creo
que por causa del alcohol. Pero no me hagas mucho caso.
-¿Y
tu familia, como está?
-De
mi esposa me divorcie y mis hijos viven bien.
-Ya
deben de ser mayores.
-Sí.
Mi hijo tiene treinta y seis y mi hija treinta y cuatro. Él es arquitecto y
ella estudió relaciones internacionales. Y con mi actual compañera, tengo dos
niños uno de diez y el otro de ocho. ¿Y tú?
-Vivo
con mi novia.
-¿Tu
novia?
-Bueno,
es un decir. Tenemos unos dos años de vivir juntos. Es locutora en una estación
de radio y no tenemos hijos. Ni pensamos tenerlos. Es más joven que yo y por el
momento la pasamos bien.
Charlamos de los viejos tiempos y de
cómo habíamos caminado por la vida. Lo invite a visitarme a Culiacán e
intercambiamos direcciones y teléfonos, al fin nos despedimos con la promesa de
hablarnos y volver a vernos. Lo cual nunca sucedió. Los siguientes días
continué con mi trabajo, sin embargo en mi mente se repetían constantemente las
palabras de Pancho: Muy guapa, muy buena. Con ese pensamiento busque su número
telefónico en el directorio telefónico y lo encontré. Dude muchas veces en
marcarle, pensando que tal vez estaba casada, que vivía con alguien o que
simplemente no le resultaría gata mi llamada. Empero, venciendo todo temor, le
llame. El tono sonó varias veces y estaba a punto de colgar, cuando una voz
femenina contestó:
-Bueno.
-Bueno.
Disculpe esta Angélica.
-Ella
habla. ¿Quién es?
-Soy
yo. Te acuerdas de mí. Nos conocimos en la empresa…
Al escuchar un tono de sorpresa y
alegría me tranquilice.
-SÍ,
claro que me acuerdo de ti.
-¿Qué
te has hecho?
Le comenté los pormenores de mi vida
y ella me comentó que vivía sola en la misma casa que yo conocí. Le pregunté si
podíamos vernos y me dijo que sí. Quede en volverle a hablar para concretar el
día y hora en que pasaría por ella. El fin de semana, dudaba entre regresarme a
Campeche o hablarle a Angélica y ver si podía verla. El problema, era que a
Elvira, le había dicho que regresaba en esos días. Era cierto, que no le dije
el día, con lo cual tenía de margen el viernes, el sábado y el domingo. Aunque,
finalmente, la situación se resolvió por si sola, cuando el jueves por la
noche, le llame a mi novia.
-Hola,
Elvi.
-Hola
cielo.
-¿Cómo
van las cosas?
-Muy
bien. Fíjate que se está grabando un reportaje sobre algunos lugares del Estado
y este fin de semana se efectuaran las tomas en Cósala y quieren que yo vaya
para grabar los diálogos.
-
Que bien. ¿Y que días vas a estar fuera?
-No
te vayas a enojar por no avisarte, pero es que apenas hoy en la tarde me
enteré. Nos vamos mañana y regresamos el martes.
Fingí un poco de decepción y
condescendencia y le dije:
-Esta
bien, no te preocupes. Lo importante es que te la pases bien.
-Gracias
mi amor. Eres un ángel.
Terminando a llamada, le hable a Angélica
y quedamos en que pasaba el viernes a las ocho treinta por ella, para ir a
cenar. La expectativa de volverla a ver era intensa. Aun recordaba su increíble
cuerpo y lo ardiente de su temperamento. La referencia de Pancho, me hacían
imaginármela, como hacia veinte años, tal vez un poco cambiada, pero no mucho.
A la hora que acordamos me presenté
en su casa. Toque el timbre y al cabo de unos minutos salió. De inmediato me di
cuenta de que la apreciación de Pancho, fue más optimista que realista, si bien,
bajo su vestido, se adivinaba un excelente cuerpo, ya no era el que años atrás
había conocido, tenía unos kilos de más.
-Hola.
¿Cómo estas? –le dije, al momento que le daba un beso en la mejilla-
-Muy
bien. ¿Y tú?
-De
maravilla. Con el gusto de saludarte.
-Lo
mismo digo. No has cambiado nada.
-Bueno.
Un poquito. ¿A dónde quieres ir a cenar?
-A
Gino´s. ¿Te parece bien?
-Claro.
Continuará………..
miércoles, 8 de enero de 2014
1980-2010
1980-2010
CAPITULO III
(Octava entrega)
La relación con Luz Elena marchaba
de maravilla. Era atenta, amable y siempre me alentaba o consolaba, según la
actitud de mi jefe. Sin embargo, todo ello cambió cuando se enteró que salía con
Angélica. A ciencia cierta, no se como pudo saberlo, pues éramos discretos en
nuestra relación, sabíamos que una de las reglas no escritas de las empresas
era la discreción y otra la prohibición de tener relaciones sentimentales entre
empleados. Pues bien, una tarde, estaba trabajando en mi privado, cuando llegó
Luz y después de saludarme, me preguntó:
-¿Andas
con alguien en la empresa?
-¿Por
qué la pregunta?
-Me
comentaron que sales con alguien de personal.
Un poco incomodo respondí.
-Bueno,
lo que hagamos fuera de la empresa es puramente personal.
-Ya
me contestaste.
Salió del privado y se fue al suyo.
A partir de ese momento, su actitud hacia mi cambio diametralmente. Cuando iba
a saludarla a su privado, se excusaba por no poder atenderme ya que tenia mucho
trabajo. Cuando coincidíamos en el elevador, fuera del:
-Buenos
días.
O del:
-Buenas
tardes.
Poco hablábamos. En cambio, se
volvió una asidua visitante al privado de Paolo. Me relación con Angélica, en
cambio, iba de maravilla, salíamos al cine, a cenar a bailar y nos divertíamos
enormemente. No obstante, comencé a ver opciones para cambiar de trabajo. La
oportunidad se presentó al año de haber ingresado en la empresa. Una importante
compañía trasnacional se intereso por mi. Negocie mi sueldo y este se
incremento en un treinta y cinco por ciento. Lo cual, me vino de maravilla. El
día que termine todos los ajustes con la nueva empresa, les pedí quince días
para entregar mi puesto, a lo cual accedieron gustosos. Ese mismo día, redacte
una irónica renuncia y me presenté con Paolo a su privado.
-Toc,
toc –dije en el dintel, de la puerta abierta- ¿se puede?
-¿Qué
quieres?. –respondió con molestia-
Pasé, me senté en uno de los
sillones que tenia frente a su escritorio y lacónicamente entregue mi renuncia.
No se si se me notaba, pero sentía una leve sonrisa de ironía o burla en mi
cara. Una vez que leyó mi renuncia me espetó:
-¿No
pudiste con el puesto?
-Me
ofrecieron un mejor trabajo, con un excelente sueldo. Es algo que no puedo
desaprovechar.
-Como
quieras. Veo que te vas a quedar aún quince días.
-Si
para entregar todo lo que tengo, hacer una lista de los pendientes y resolver
cualquier duda que tengas.
-Esta
bien, cualquier cosa que necesite te llamó.
-De acuerdo.
Me levante y me dirigí a mi privado.
En las dos semanas siguientes, prácticamente no hice nada. Al cabo de estas me
marche de la empresa. A Angélica, la seguí viendo unos cuantos meses más,
inclusive un par de veces salimos con Pancho y su novia, hasta que conocí a
Elsa y la relación se acabó. No terminamos mal, quedamos como amigos. Claro,
ella jamás se entero de la existencia de Elsa.
Continuará………
martes, 7 de enero de 2014
No es verde todo lo que reluce
Horacio fue niño probeta, concebido en un aséptico laboratorio. Ese día, sábado, le tocaba a Andrea cubrir el turno de mañana. Siempre había querido ser médico, pero no llegó a terminar el bachiller, le gustó más salir que estudiar. Hizo brillantemente el curso de conductora de ambulancias de CEAC, sólo cuando terminó las prácticas se dio cuenta de que había una ambulancia por cada diez mil personas. No tuvo que pagar de nuevo matrícula para el curso de operadora de laboratorio, y ese sábado tocaba concebir a Horacio.
En el laboratorio todo relucía blanco, y Andrea, concentrada. Sólo el perfume penetrante con esencia de aloe vera escapaba a los protocolos. Aquellas células debieron empaparse como esponjas de un aroma intenso, porque nuestro Horacio siempre fue un ecologista radical. Llevaba años dedicado al cuidado y la protección del lince ibérico, había monitorizado miles de horas de observación y no dudó en acompañar durante dos semanas enteras a una lince en su natural tarea de parir. Donde dejaba mucho que desear era con la especie humana. No encontró tiempo para estar con su madre un solo día en su lenta agonía, moriría sola en la residencia. Tampoco llevó con éxito su vida de pareja, su ahora exmujer, antes de marcharse de casa le dejó una nota fría en el frigorífico: "ahí te quedas, biodesagradable". Y es que, no es verde todo lo que reluce.
Guerrero
** Imagen tomada de la red
sábado, 4 de enero de 2014
¡YO!
(breve relato de otro estúpido anónimo):
"Cartón sin agua en una caja un pez,
agua de caja sin cartón un pez,
pez de agua en una caja sin cartón,
caja sin agua de cartón un pez,
un pez sin agua en una caja de cartón...
... y cuando quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde.
El futuro era presente. El tiempo se había agotado. Nunca
se lo perdonaría. Había vivido una mentira. Espiró la
última bocanada de aire y murió."
*sin ánimo de ofender.
Jimy el testarudo.
Jimy, "una persona cualquiera como otra cualquiera". Siempre ha guiado su vida por el camino de la cabezonería. Hasta ahora no le ha ido mal. Al menos eso piensa él. Pero en esta ocasión las cosas cambiaran, cuando tras salir a pasear por el campo, encuentra que se ha perdido.
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