Tomé de regreso a casa por la calle oscura frente al amanecer.
De repente todo se apagó.
Ahora estas palabras que escribo mientras sigo cayendo por el abismo volatilizan sobre el papel.
De repente todo se apagó.
Ahora estas palabras que escribo mientras sigo cayendo por el abismo volatilizan sobre el papel.
No sé cuánto me queda.
Ya no existe futuro.
Ya no existe futuro.
Vivo en el presente, en el ahora reducido al ya.
No sé si podré sobrevivir al tedio.
Siempre despierto, siempre pensando.
Me consume el agotamiento, la ansiedad, la desidia.
No sé si podré sobrevivir al tedio.
Siempre despierto, siempre pensando.
Me consume el agotamiento, la ansiedad, la desidia.
A pesar de que llevo encima mi libreta, no consigo fabular.
Busco el sosiego en la lectura, en el rememorar del pasado.
Y es entonces cuando gracias a mis versos, negro sobre blanco, que comienzo a evocar
De cuando era yo.
Mi mente en blanco, vaciada.
Pongo todo mi ser en vocear a mi conciencia. Grito desesperado,
Pero,
por más que lo intento,
sobre la hoja en blanco clavo una y otra vez, apesadumbrado,
el mismo angustioso vocablo;
eternidad...
Busco el sosiego en la lectura, en el rememorar del pasado.
Y es entonces cuando gracias a mis versos, negro sobre blanco, que comienzo a evocar
De cuando era yo.
Mi mente en blanco, vaciada.
Pongo todo mi ser en vocear a mi conciencia. Grito desesperado,
Pero,
por más que lo intento,
sobre la hoja en blanco clavo una y otra vez, apesadumbrado,
el mismo angustioso vocablo;
eternidad...
La angustia se percibe en todo el relato Jesús. Me atrevería a decir que aparece como un tema recurrente en tus escritos, que roza el existencialismo y lo soporta como una carga, ante ese no conocer más allá del ya, y sin margen para esperarlo. Y la angustia aparece sin más remedio....
ResponderEliminarMe gustó lo de enlazar con otro texto.
Gracias Jesús
Gracias Guerrero por pasarte de nuevo por aquí para dejar un comentario. Es cierto lo que dices, el existencialismo llevado al extremo tiene como bien-acogida a la angustia. Es una cuenta que en su resultado rara vez falla. No entiende de límites, ni reconoce persona. Es como un calcetín al que le das la vuelta.
ResponderEliminar