Páginas

Translate

jueves, 29 de marzo de 2012

sábado, 17 de marzo de 2012

En Ciernes

El llanto se esconde
El silencio responde
El desierto propone
La triesteza vaga
La lujuria se apaga
La vida se acaba
La estaca se encaja
Un grito propone
Un aullido responde
Un escosor recorre
Un lamento se oye
Una lagrima se ahoga
El nudo de una soga
Menos de una hora
Menos de un minuto
No hay escapatoria.

El Capitán

viernes, 16 de marzo de 2012

De cómo me encontré a Ibáñez en la manifestación contra el desempleo

Ruipérez, el plegador, quiere hablar conmigo. Me cuenta, me dice, que Naranjo no le mira bien, que esta misma mañana, al llegar al trabajo, no le dio ni los buenos días. Le digo que acepto, que sí, que lo comprendo, y le doy yo los buenos días y las buenas tardes ya de corrido. Se va cabizbajo pero se va. Al rato es Naranjo quien quiere hablarme. Que pase, está usted en su casa, pero por favor. Me comenta, me insinúa, que Alonso no ha venido hoy al trabajo pero que no está malo, que está pintando el piso de su suegra. Le digo que bien visto, le pregunto por quién está en su puesto en ese momento. Se encoge, y se va por donde ha venido. Llama Ibáñez, el director del banco, me saluda muy cariñoso, me pregunta por qué hay de lo suyo, porque él no quiere pasarlo "al regional", pero que recuerde que el taller está puesto de garantía. Le doy el número de teléfono de Alonso, el de Naranjo y el de Ruipérez. Me pregunta que para qué. Me despido con un "todo tuyo".






Guerrero

jueves, 8 de marzo de 2012

Tú lo sabes

Sí, tú lo sabes. Lo sabes desde siempre. Sabes que debes tomar una decisión, que aplazarla no soluciona el problema. Pero sigues ahí, esperando, consumiéndote, apagándote. Claro que lo sabes, lo sé yo también. Sé que así acabaré mis días pensando que ya lo haré. Mas no haré nada, también lo sé. No cortaré con la rutina que me devora, que me va matando como una droga, y sí, ya sé que debería hacer algo. Tal vez, cuando consiga llegar a aquél puerto, tal vez, cuando salga de este otro, o tal vez cuando naufrague. Buscaré mil excusas para no hacer nada, y cuando me llegue la hora de abandonar el barco, pondré cara de extraño, suplicaré por un tiempo que ya tiré por la borda, y en ese último instante, me prometeré que cambiaré,...esta vez, para siempre.

Guerrero