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viernes, 28 de febrero de 2014

Antoñito


 Antonio, como por cierto había decidido llamarle Ana, cumplió los dieciocho siendo todavía Antoñito. Don Julio, un enfermero con ínfulas de médico, sueños de bailarín y el buche de un pelícano, se empeñó en que el niño se educara a la "sevillana manera". Esto es, una mujer florero asida del antebrazo para pasear en las tardecitas de primavera. Socio de una caseta en la Feria de Abril. Un lugar como penitente en la carrera oficial, y otra universitaria de esas de congresos y canapé. 
 Pero el tiro le salió por la culata. Antoñito tenía su propio código de conducta y respuesta a la imposición establecida. Ana y Julio, no supieron ver que el varón de sus dos hijos no era capaz de hacerle frente a la vida. Prefería huir y evadirse. Cualquier método era valido con tal de frenar la ansiedad. 
 Acabó en las fauces de la cocaína y el alcohol. En las garras de una ludopatía galopante que satisfacía gracias al cobro de una ruta comercial de la que era único responsable. 
 El problema se destapó cuando, uno de los cancerberos del jefe fue advertido por uno de los contables de que no cuadraban las cuentas de esta ruta. Al cobro exigido a los pagadores por los servicios prestados, estos, aseguraban haber pagado. 
 La vida entonces dio un vuelvo de repercusiones insospechadas para los protagonistas. Almudena la hermana de este, rompió relaciones a causa de un préstamo a cuenta de lo ocurrido y para que su hermano pudiera salir del atolladero. Cuando decidió recuperarlo, recibió un ¡no! por respuesta. Antoñito necesitaba más tiempo para recuperar su maltrecha economía. Ana y Julio tuvieron que dejar de lado sus actos sociales para guardar un sitio en Proyecto Hombre. Por aquel entonces, Antoñito, era padre de una cría de apenas dos años. Tenía hipoteca, mujer y coche. Su esposa, maestra de escuela ella, fue la última en enterarse de los desvaríos de su marido. Un desastre de tal dimensión, que pareciera que lo peor estaba por llegar. Pero es aquí, en este punto, donde la vida volvió a girar. 
 Agachó la cabeza y le hizo frente. Superó sus adicciones y consiguió reconducir su relación. Buscó trabajo y encontró. Tuvo su segunda y tan deseada hija. Aguardó el momento para hacerle frente a todos lo frentes. No le guardo rencor.
 Nublados los sentidos por esos aires de grandeza, nadie supo ver al Antoñito con el que yo compartí infancia. El que escondía la cabeza como un avestruz. Yo sí. Este tenía que haber sido yo.Ya veis, se equivocaron.
  

viernes, 21 de febrero de 2014

Cañizares: un genio sin lámpara.

  
 Cada día que pasa lo encuentro más desmejorado. No consigue superar la situación. Apenas come. Ya no bebe. Fuma sin control. Hasta que le perdí el rastro. De esto hace ya un año. 


 Tenía una cabeza privilegiada, y un alma exenta de prejuicios. Lo suyo era de todos. Esto le acarreó más de una bronca con sus novias. Sus amigos siempre por delante.


 No salía de mi asombro cuando ayer, paseando, lo vi deambular sin rumbo por las calles del centro. Me costó trabajo reconocerlo. Viste como un pordiosero. Tiene una barba larga y espesa de un color ocre, y huele a contenedor de basura. No me reconoce. Solo saber repetir la misma frase: 

-¡Seré tonto!

  En cierto modo lo era. Había dejado que lo avasallaran. Una vez más confió en el ajeno. Pero esta fue la última. La gota que colmó el vaso. Su cabeza había dado un giro de tuerca de más. Ya no podía creer en nada ni en nadie. 


  Y ahora me doy cuanta del porqué. Allí fue donde encontró su sitio. Lejos de las responsabilidades y de las presiones. De las imposiciones y de las obligaciones. Expulsado del sistema por exceso. Marcado su destino por defecto. Un lugar en el que se sentía cómodo. Aunque olvidó un pequeño detalle.  El gran reto de la vida... sobrevivir.

viernes, 14 de febrero de 2014

San Valentín: "En el Cielo te Amaré"




  Valentín, hijo y nieto de equilibristas y tataranieto de la mujer barbuda, fue uno de los afortunados que conoció el amor verdadero. Fue un flechazo. De esos que duran hasta que la muerte los separe. 
  Estuvo esperando ese momento desde que era un crío. Inmaduro para el resto de menesteres, anduvo obsesionado por una cuestión que le sumía en el ensimismamiento más profundo. Una edad del pavo prematura. Esta angustia vital consistía en la inquietud que le provoca el saberse cerca de la que sería la mujer de su vida y no ser capaz de darse cuenta de ello. Así pasó su niñez y adolescencia. Hasta el día en el que las yemas de sus dedos rozaron sus muñecas en un más difícil todavía. Sus miradas se fundieron como el metal al fuego, al rojo vivo.
  Mientras sus cuerpos caían al vacío. El silencio entre el público se hizo angustioso. Después vino el griterío. Ellos a lo suyo. Un fino reguero de sangre corrió por la comisura de sus labios después de empotrarse sus cuerpos contra el suelo. En ese mismo instante, sus almas se unieron para siempre. Las suyas y la de muchos otros. La de todos los que aquella tarde decimos pasarla bajo la carpa de aquel circo. Su relación duró eso, un instante. Apenas unos segundos. Pero fue la más intensa que he conocido. De esas situaciones traumáticas imposible de olvidar. 
  De allí, de la carpa, del público que acudió aquella tarde, salieron una treintena de parejas. Desconocidos todos. De estas parejas, más de la mitad tuvieron hijos y a su vez nietos. Esos hijos y esos nietos también fueron pareja. Algo mágico había ocurrido. No era normal. Casi todos querían ser trapecistas, y el que no, jefe de pista, tramoyista, domador de leones, payaso o la mujer de goma. Se escribieron cuentos, poemas, relatos cortos, microrrelatos. Hasta el cine se interesó por su historia. "La historia de amor jamas contada". Así titularon la película de dos horas y media de duración que resultó ser un éxito a nivel mundial. 
  Miles de admiradores visitaban su tumba para rendirles tributos. Flores, velas, coronas y todo tipo de objetos adornaban el santuario. Jamás imaginé que esto pudiera ocurrir. Yo estuve allí aquella tarde. Mi vida cambió para siempre tras la publicación de mi libro "En el cielo te amaré". Una bazofia convertida en best-seller lista para usar y tirar. A lo que sucedió allí nadie puede darle nombre. Parece que a todos los presentes nos estuviera esperando ese momento al igual que a Valentín. El momento en el que se dio cuenta de que estaba ante la mujer de su vida.    

REGALO DEL 14 DE FEBRERO

A nuestro lectores y no lectores les regalamos (para que regalen) un poema. Viene acondicionado para ajustarlo al nombre que deseen hacerlo. 



A___, MI MUJER

De la tierra
La madera
Y esmeralda
Surgió una musa
Con suave calma
De profusa belleza
Y bella alma
Con dibujada silueta
Atraía la mirada
Sonrisa acaramelada
Y mirada aterciopelada
Mi corazón atrapó
Quede pasmado
Al verla a mi lado
Mudo, petrificado,
Sin poder decirle algo.
Mirándome a los ojos
Con sutil sonrisa
Sus labios rojos
De pronto dijeron:
A tu vida he llegado
Cual ángel alado
Para decirte
Que te quiero
Que eres mi amado.
Mi mano tomó.
Sentí su pasión.
Y el olor del amor
El entorno llenó
Cerré mis ojos
Embriagado de pasión.
Para perderme
En la más hermosa
Y maravillosa ilusión
¿Cómo te llamas?
Sutilmente le pregunté.
Sugerente respondió
_______, tu mujer
Esa que te recuerda
El amanecer
La que en tus brazos
Yace sin padecer
Y se deleita en tu placer.
Esa que por las mañanas
Comparte tu lecho
Tañendo las campanas
Cuando pasas
Por las montañas.
Por los valles
Y prados de mi cuerpo
Cuando me haces sentir
Que la vida no tiene fin
Y que tus besos
Son higos frescos
Y tu cuerpo solaz
Para mi.
Pero calla sssssssh.
No hablemos más.
Pon tu mano en mi alma
Mi deseo en tu palma
Y dame con calma
Como sólo tu sabes
Ternura y pasión
Y sigamos escuchando
……….En silencio.
Nuestra canción.



FELIZ DIA DEL AMOR, ANEXAS Y CONEXAS

El Capitán.