Cualidad Reflexiva

Me cuesta encontrar las palabras que digan lo que pienso. No se me ocurre por qué estás aquí, pero me gusta. Hoy he dejado la puerta entreabierta para que tú entraras. Mas no sé cómo empezar. Casi ni me daba cuenta de que me mirabas, en cambio has clavado tus uñas en mi espalda, me has apretado fuerte, como si estuvieras salvándote de algo, huyendo, aferrándote a lo único cercano. Ese era yo. Nunca he sido el apoyo de nada, siempre miraron por encima de mi cabeza, sin pararse a ver qué había debajo, allí dónde yo estaba. Sólo tú. Sólo tú has bajado la mirada y te has acercado corriendo. Y aquí estamos unidos, en cuerpo y alma, casi inseparables desde hace unos minutos que parecen años, que parece que fue desde siempre, el uno y el otro, uno sólo, aferrados, hundiendo aún más las uñas, sangrando las huellas de nuestro encuentro, pensando que somos uno para el otro, pensando que no estamos solos, yo, no volveré a mirar por la ventana, no volveré a dejar la puerta entreabierta, ya no espero a nadie, contigo me basta, soy tú, soy lo que esperaba.

Guerrero