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jueves, 21 de noviembre de 2013

1980-2010 CAPITULO I (Segunda entrega)

1980-2010

CAPITULO I
(Segunda entrega)


-Como debe de saber, a partir de hoy me hago cargo del área de inmuebles. Me gustaría saber que pendientes hay. Ah. Por cierto ¿usted es mi secretaria?
-Aquí no hay secretarias asignadas. Solo el director tiene dos secretarias. Para todos lo demás estamos cuatro secretarias, yo, las dos Carmelitas y Esperanza.
-¿Y entonces como hago para los documentos que tenga que dictar y se deban mecanografiar?
-Pregunta quien esta libre o bien, espera a que alguna de nosotras termine lo que esta haciendo y de inmediato va con usted.
            Pasamos a ver la lista de pendientes. Mientras hacíamos esto, percibí la sangre ligera con que contaba Lupita, en todo momento, su ayuda la enmarcaba en una sonrisa, que le hacia relucir sus veintitrés años. Durante la mañana y tarde de mi primer día, me di a la labor, de ordenar los asuntos, que asumí deberían de tener prioridad.
            En mi segundo día de trabajo, llegue unos quince minutos adelantado a la hora de entrada, con la doble intención de dejar constancia de mi puntualidad y de pasar a saludar a las chavas de personal, en espacial a Angélica. Así lo hice, pero para mi decepción, a la hora que pasé, ella aun no había llegado. Solo estaba otra chica y Andrea. Así que les di los buenos días y me fui a mi privado. Aun no llegaba nadie, cuando comencé a acomodar las cosas en mi escritorio. Poco a poco el piso se fue llenando de gente, hasta que todos los empleados estaban en sus puestos. En cuanto llegó Lupita, la llamé para preparar mi entrevista con Paolo. Mientras trabajábamos, le pregunté:
-¿Aquí no presentan a los nuevos?
            Un poco apenada, me respondió.
-Si. En el primer día. No se porque el Ingeniero, no lo ha hecho. A lo mejor, por todo el trabajo que tiene, se le ha pasado. Pero, de seguro que hoy lo hace. –estas últimas palabras, las pronuncio con una juvenil sonrisa-
            A las once en punto, me plante, frente a la puerta del privado de mi jefe y toque la puerta, con los nudillos.
-Adelante.
-Buenos días. Cómo estas. –Dije con una sonrisa-
-Bien y tu.
-Pues aquí. Como me dijiste
-No te voy a poder atender en este momento. Estoy muy ocupado. Nos vemos en la tarde.
-¿A que hora?
-Yo te aviso.
            Estaba a punto de decirle si me presentaba con mis compañeros de trabajo. Pero, en cuanto termino la frase, dirigió la vista a unos documentos que tenia en su escritorio. Suavemente me despedí:
-De acuerdo. Tu me avisas. –Sin obtener respuesta, me salí del privado.

Continuará………..

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