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jueves, 3 de mayo de 2012

GINETTA (capítulo V)




En el capítulo anterior:


Contrario a la reacción que esperaba de su madre; esta, tomo con cierta indiferencia el deseo de la joven y accedió a que estudiara, de acuerdo a la propuesta. Esto, desconcertó a Ginetta, quien pensó que a su madre le molestaba que viviera con ella, y en cambio le agradaba que se fuera de la casa. Por el contrario, su padre, tenía sentimientos cruzados, por una parte estaba apesadumbrado por la separación de su hija, mientras que por el otro alegre por la inteligencia, carácter y empuje de su descendiente. 


  Así, una vez terminada la preparatoria, se inscribió en la universidad, y comenzó a cursar la carrera de periodismo, obteniendo, desde un principio calificaciones excelentes y el reconocimiento de sus compañeros y profesores. Su atractiva figura y su hermoso rostro, combinados con su inteligencia, le abrían cualquier puerta. Por ello, cuando a mitad de la carrera, solicito un puesto en uno de los principales periódicos de la ciudad, la admitieron. El deseo de la joven era estar en el área política, pero en la entrevista, fue tan sociable y simpática, que decidieron ponerla en el área de sociales. Si bien, su carácter podía ser dulce e inclusive tierno en ocasiones; en otras ocasiones se tornaba fuerte y agredido. Esta vez, por su inexperiencia, y por haber mostrado su lado cautivador, logro medianamente sus propósitos. Aunque más adelante tendría oportunidad de lograr sus deseos.


Desde la experiencia que vivió con su madre y Juan, busco la forma de evitar cualquier relación sentimental. A pesar de las grandes diferencias y choques que tenía con su madre; había aprendido, muy bien de esta, que de la casa solo se sale con hombre para casarse y que ni por equivocación tendría una relación física con un hombre, sino estaba de por medio el sacramento del matrimonio. Muchas veces, cuando un compañero o amigo, despertaba “algo” en ella, de inmediato se acordaba de las palabras de su madre o de sus clases de catecismo, en donde una monja les decía a las niñas que el besar a un muchacho era pecado. Y no se diga, de los diversos encuentros juveniles que organizo el “padre” Marcelino de la iglesia, en donde les enseñaban a las jóvenes las virtudes y ventajas de la castidad. Las platicas, terminaban siempre con anécdotas de jóvenes que violaron las reglas y que por ello, se habían ganado la condena y repudio de la iglesia, de la sociedad y lo peor, el infierno.


En su trabajo, a través de esfuerzo, tesón y valor, fue ascendiendo de puesto, hasta llegar a tener su propia columna política. Con la carrera brillantemente terminada y con su reconocido nombre dentro del periodismo, a los veintisiete años conoció Roberto, un norteño, oriundo de su misma ciudad. Fue en una de las pocas reuniones de la fraternidad de sus coterráneos, a la que asistió. En cuento llegó, sintió la mirada del hombre, e instintivamente volvió su rostro y se encontró con su mirada. En cualquier ocasión, un hombre al ser sorprendido “in fraganti” admirando a una mujer volvería de inmediato la mirada. Pero, el no lo hizo así. En estos casos, las mujeres, desenfocan la mirada, y hacen como si vieran a través del hombre. Pero, ella tampoco lo hizo así. Con una pose facial, en la que combinaba lo despectivo, lo irónico y su fortaleza, le sostuvo la mirada. Roberto, lejos de amilanarse, con paso seguro y con una sonrisa en la boca, se acercó a ella y se presentó.
-Soy Roberto. ¿Y usted?
La actitud, sincera y segura de Roberto, arrancaron una sonrisa a Ginetta, quien reviró la pregunta.
-¿Por qué?
-¿Y usted como se llama? –volvió a preguntar con el clásico tono golpeado del norte-
-¿Para que quiere saberlo?
-Para invitarla a salir.
-¿Y quien la ha dicho que quiero salir con usted?
-Sus ojos.
-Mis ojos no hablan.
-A mí sí.
-Bueno. ¿Y quien es usted?
-Mi nombre ya se lo dije. Soy ingeniero, pero me dedico a administrar, con mis hermanos, los ranchos de la familia. ¿Y usted que hace?


Continuará……………..


El Capitán.

3 comentarios:

  1. Bueno, bueno, este relato empieza a coger ritmo...

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    1. Me encantó el juego de miradas que se traen Ginetta y Roberto... Animo Capitán!!!

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  2. "Volvió a preguntar con el clásico tono golpeado del norte"

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